Lo dicho, tras levantarnos a eso de las 6.30 de la mañana tomamos nuestro desayuno oriental de rigor. Otra cosa curiosa en Beijing es que no puedes utilizar el agua común nada más que para lavarte el cuerpo, ni siquiera se puede utilizar para lavarse los dientes. Así que, diariamente nos lavábamos los dientes con agua mineral como los marqueses. Nos cogimos mapas y demás objetos útiles para el día que nos esperaba por delante y nos dirigimos decididos hacía la parada de autobús, que el día anterior había sido superior a nosotros. Pero esta vez, teníamos las ideas claras y no nos la iban a dar. Así que, como se suele decir una imagen vale más que mil palabras aquí os dejo un serie documental de videos donde contamos en primera persona la experiencia aventura de llegar hasta la muralla.

Bien tras, una parada técnica en el McDonalds Beijing donde como no, había que degustar las diferencias entre un BicMac Occidental y un BicMac Oriental (saben exactamente igual, increíble) nos fuimos a los juegos.
En esta ocasión tengo que deciros que me sorprendió lo mal cuidadas que tienen las instalaciones de JJOO los chinos. Tan sólo 8 meses antes se celebraron allí unos JJOO y parecía que habían pasado años. Todo se veía nuevo pero al mismo tiempo sucio y mal cuidado. Una pena. De todas formas, esto no evitó disfrutar de la majestuosidad de las dos estrellas del complejo: “el cubo de Agua” y el famoso “Nido”. El recinto como os podréis imagina era enorme. Grandísimas avenidas, enormes edificios, espacios abiertos que en Japón son prácticamente inimaginables, excepto en mi pueblo que es lo único que hay espacios abierto y campo. En definitiva una maravilla.
De los dos edificios, entramos solamente en el Nido donde hicimos algunas fotillos. En contra de lo que ocurre en Barcelona que no puedes bajar al césped del campo, aquí si que tienes la oportunidad de bajar sentarte y disfrutar de las vistas desde el centro del campo.
Este estadio hay que reconocer que es increíble, tanto por sus dimensiones como por su diseño. Fue diseñado por arquitectos europeos y tiene el título de ser la estructura metálica más grande construida hasta la fecha.
Así que no me enrollo más disfrutad de las fotos. Hay alguna foto panorámica que esta bastante interesante.
A la salida también hicimos varios cientos de fotos al complejo en general que aquí os dejo.
Bueno como si el día no hubiera dado para mucho, quedaba la parte más complicada de todo nuestro viaje: ir al mercado de la seda a partirse la pana con los regateadores.
Como muchos sabéis a mi, eso de regatear no me va mucho pero bueno hicimos lo que pudimos.
El mercado de la seda o más conocido como “Silk Market”, es un mercado donde se pueden encontrar cualquier tipo de prendas, bolsos, maletas, electrónica, relojes, joyas, perlas y muchas más cosas, todas ellas como no de imitación. La cuestión era encontrar la mejor imitación al menor precio posible. Esa tarde, lo primero que hicimos fue cambiar el reloj de Dani que habíamos comprado el día anterior y que se retrasaba sistemáticamente algunos minutos. Tras realizar el cambio nos dirigimos a sufrir los empujones, gritos, enfados y duras negociaciones en todas las tiendas donde entramos para comprar algo.
Como he dicho anteriormente en China la pobreza se ve al rededor de los centros turísticos, sin embargo las personas que trabajan en estos mercados son precisamente las que mejor viven gracias al turismo y a la venta de artículos de imitación.
Cierto es que al principio todo se hacía duro pero poco a poco nos fuimos encontrando en nuestra salsa. Por dos motivos, porque los vendedores eran casi todo chicas jóvenes que hablaban bastante bien ingles y lo segundo porque empezamos a comprar algunas cosillas y perdimos ese miedo que teníamos al principio. Fotos fotos lo que se dice fotos, en esta parte del viaje no pudimos tomar porque estuvimos muy centrados en las negociaciones, pero si os puedo contar lo que compramos y mas o menos lo que nos costó. En mi caso, fue un reloj Tag Heuer Carrera (12 euros), dos polos marca GANT (8 euros), una cartera Mont Blanc (4 euros), una maleta Swiss (15 euros), jersey Tommy (6 euros), playeras Adidas (5 euros) y que ahora recuerde nada más. Es realmente barato, pero hay que reconocer que en las cosas de electrónica hay que tener cuidado porque a lo mejor te dan gato por liebre y o bien no funcionan como dios manda o bien tienen algún fallo como por ejemplo que el 3 es un 8 o que los agujeros de la correa no están hechos, etc... así que si vais mirar bien el producto antes de comprarlo.
Reventados tras las compras nos fuimos directos a nuestro hotel, no sin antes pasar a cenar de nuevo pato al Pekin al sitio del primer día donde nos trataron bien y se comía también bien.
Para despedirnos os grabamos un video desde la habitación del hotel, espero que os guste. Así que nada chavales, nos vemos en la próxima. Abrazos para ellos besos para ellas.
RESUMEN: Para la de siempre. Que por lo visto, estuvimos en Pekín dos días y vimos muchas cosas turísticas, hicimos muchas fotos y comimos pato al Pekín.